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domingo, 16 de diciembre de 2018

PARQUE NACIONAL DE CABAÑEROS

El Parque Nacional de Cabañeros es una de las mejores representaciones españolas de los bosques mediterráneos tanto por su naturalidad y conservación, como la representación de los distintos sistemas ecológicos asociados y por este motivo fue declarado el 20 de Noviembre de 1995 Parque Nacional. Además de este reconocimiento, Cabañeros es desde 1988 Zona Especial de Protección para las Aves (ZEPA).



Situación Geográfica.
Se encuentra situado en los Montes de Toledo abarca un total de 40.000 hectáreas dentro de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha. Al noroeste de la Provincia de Ciudad Real, ocupando también una zona del suroeste de la Provincia de Toledo y dentro de los municipios de Alcoba del los Montes, Hontanar, Horcajo de los Montes, Los Navalucillos, Navas del Estena y Retuerta del Bullaque. Limitado al Este por el río Bullaque y al Oeste por el río Estena, abarcando los Macizos de El Chorito y Rocigalgo, así como las Sierras de Miraflores y La Celada. Al sur queda la Raña de Santiago.

Historia, Cultura y Arqueología.
Desde 1246 hasta la desamortización de Madoz en 1835, fueron propiedad de la Ciudad de Toledo, de ahí que se denominen Montes de Toledo.  En sus Ordenanzas de Uso, compiladas en el Siglo XVI para asegurar la conservación de sus recursos naturales, se regulaban la agricultura, ganadería, apicultura, carboneo, leñas y extracción de madera, constituyendo un auténtico compendio de selvicultura mediterránea. Además, se impuso un rígido sistema fiscal para todos lo pobladores, con impuestos como el “dozavo” (sobre determinadas producciones) el “portazgo” (sobre el paso del Puerto Manchéz), el “humazgo” (sobre el carboneo). Este fuerte sistema impositivo, unido a la adversa orografía, fue determinante para el despoblamiento de los Montes de Toledo, despareciendo numerosos núcleos de población.

La actividad humana se remonta al Paleolítico Inferior. También existen un par de poblados de la Edad de Bronce. Es esta antigua presencia humana la que dio nombre al Parque, ya que estos primeros pobladores fueron los encargados de fabricar cobijos ancestrales, las Cabañas, y de ahí su nombre, Cabañeros.

Orografía y Paisaje.
Cabañeros está estructurado paisajisticamente en dos grandes unidades: La Raña y Las Sierras. 

La Raña es un gran llanura de 8.000 hectáreas de extensión. En los años 60 se eliminaron el bosque y el matorral existente que lo cubría para dedicar toda esta amplia extensión de terreno al cultivo del cereal, de ahí que se formara una de las imágenes que mejor definen este Parque, el herbazal arbolado a lo largo y ancho de hectáreas y hectáreas.

Las Sierras del Parque se localizan al norte, centro y al oeste. Su origen se remonta a la edad cámbrica y su mineralogía está compuesta mayormente por cuarcitas y pizarras siliceas. Destacan las denominadas pedrizas que son depósitos coluviales recientes de cuarcitas sueltas, que presentan una apreciable movilidad y están descubiertas de masa vegetal, el resto está tupido por matorral apretado de jaras y brezos y bosques de encinas, quejigos y alcornoques. 

Flora. 
Las ser un paisaje típicamente mediterráneo, los Bosques de encina, alcornoque y quejigo son lo que mayormente se representan en el Parque. En ellos también están presentes especies como: el madroño, durillo, arce, labiérnago y cornicabra. Bosques de Valle donde abundan especies como el rebollo y majuelo. En las zonas más altas del Macizo de Rocigalgo, los Bosques de rebollos, junto a tejos y serbales. Y en las zonas más bajas, los Bosques de Ribera compuestos por fresnos, alisos, sauces y abedules, adornan los bordes de arroyos y riberas que serpentean en la orografía de Cabañeros.

De gran importancia son los Herbazales presentes en la gran extensión de La Raña. Salpicados en esta enorme llanura, aparece arbolado típicamente mediterráneo como encinas, alcornoques y quejigos.

Pero los verdaderos protagonistas botánicos del terreno son los Matorrales de jaras y brezos perennifolios que ocupan el 50% de todo el Parque y configuran lo que en castellano se denominan “manchas” de jaras y brezos entremezcladas con encinas, alcornoques o madroños. Otras especies presentes son el romero, labiérnago, mirto de brabante, masiegas y singularidades como plantas carnívoras, como la atrapamoscas.


Brezal

Fauna. 
La marcada dicotomía en el paisaje de Cabañeros, condiciona la presencia de especies faunísticas en esta reserva natural.

La extensa llanura de La Raña, favorece la proliferación de gran cantidad de insectos en estación estival como saltamontes que son una autentica despensa para la gran cantidad de especies insectívoras de pajarillos y otros de mayor tamaño como son la cigüeña blanca, la carraca y el cernícalo común. En invierno, se cambian las tornas, y las aves que más abundan son las granívoras. La avifauna esteparia también está muy bien representada por especies como el sisón, el alcaraván o la avutarda.

Cuando El Monte se aprieta y Las Sierras ganan terreno ,Cabañeros está dominada por ungulados como el ciervo ibérico y el jabalí. Del primero, hay que destacar uno de los mayores espectáculos sonoros que se dan en el monte mediterráneo a mediados de Septiembre y a las puertas de estación otoñal: La Berrea. Las rapaces son las dominadoras de los cielos serranos, y destaca en todas el buitre negro, con la segunda mayor población mundial de esta necrófaga. También se puede observar águila imperial, culebreras, calzadas, gavilanes y milanos negro y real. Mamíferos depredadores entre los que destaca el zorro, la garduña o la jineta, más raros de encontrar son el gato montes o el lince ibérico (re-introducido en los Montes de Toledo en el 2014 y que actualmente cuenta ya con 45 individuos).

Cierva.

Ligados a zonas de Riberas y Arroyos, encontramos anfibios como el sapo corredor, el tritón ibérico y reptiles como el galápago europeo y el lagarto verdinegro. En el medio fluvial, en el seno de ríos y arroyos, variada ictiofauna: cachos, calandinos, jarabugos, colmillejas, bogas, pardillas y el barbo cabecicorto.

Así pues, el Parque Nacional de Cabañeros es uno de los tesoros rebosantes de biodiversidad más sobresalientes de toda España, junto a los 14 restantes que conforman la Red Nacional de Parques.

©Emilio J. Orovengua.

martes, 1 de agosto de 2017

ALCORNOQUES Y ENCINAS: REYES Y REINAS DEL BOSQUE MEDITERRÁNEO.

Sierra de San Pedro, Extremadura, 4 de la tarde, un día cualquiera de la segunda quincena de Junio…

El silencio en las horas vespertinas en el monte mediterráneo sólo lo rompe el estridente sonido de  los cantos amorosos de las cigarras. Una familia de ciervos ibéricos pasan la siesta extremeña a la sombra de un imponente alcornoque jadeando, esperando que pasen las horas de más calor y caiga el atardecer para acudir fieles a su cita diaria en el abrevadero.

Cigarra

El estío  extremeño, mediterráneo, roza lo inhumano a estas horas…Sobrepasa la resistencia de muchos seres vivos, colapsa la respiración y estrangula la fisiología de los cuerpos hasta casi deshidratarlos. Todos los seres vivos, se han tenido que adaptar a estas condiciones estacionales tan excepcionales y duras, especialmente las vegetales al carecer de movimiento y permanacer perpétuas desde que nacen.

La Encinas y Alcornoques son algunas de estas especies vegetales que soportan este calor infernal verano tras verano y crean ese mosaico único, eficiente, que es la Dehesa Extremeña que alimenta reses y ganado y que se proclama como una distribución cuasi-perfecta donde conviven la fauna doméstica y salvaje en armonía.

Un corderito con hambre...

Reyes y Reinas, Alcornoques y Encinas ¿Qué los hacen tan especiales para poder sobrevivir? Ambas especies han evolucionado a lo largo de milenios para adaptarse a estos cambios climatológicos estacionales tan extremos. Cada especie, en su parcela; han sido capaces de desarrollar  y adaptar estructuras y estrategias fisiológicas , modificar sistemas internos o crear escudos ignífugos para protegerse de una de las lacras de los veranos españoles: los incendios forestales.

La Encina, es una especie de árbol que pertenece a la familia de las Fagáceas, familia a la cual pertenece también el Alcornoque, el Castaño o el Roble. Es uno de los árboles con mayor dispersión y abundancia en el Sur de Europa donde  el Clima Mediterráneo impone sus duras condiciones tanto en verano como en invierno, tanto por sus temperaturas como por la pluviosidad anual. Ante esta adversidad, esta fagácea ha desarrollado sorprendentes estrategias de supervivencia, dignas de un náufrago en una isla solitaria…

Encina

Estas son las increíbles adaptaciones desarrolladas la Encina para soportar los tórridos calores estivales:
  • ESTRUCTURA. Si miramos una típica en perspectiva, veremos que se parece más a una seta que a un rascacielos. Raramente superan los 18 metros de altura, su porte es bajo y su hermosa copa está sustentada por un tronco ancho y poderoso. Esta forma “achaparrada”, de ahí en muchas zonas del sur peninsular se las llame “chaparro o chaparra”, tiene sus ventajas: Proporciona una buena sombra al tronco leñoso y al perímetro de suelo en la base que cubre, disminuyendo la temperatura de una forma más eficiente que por ejemplo, un castaño. Es un árbol de hoja perenne, no renuevan sus hojas cada año con el cambio de estación, sólo cuando éstas pierden su función caen del árbol. Esto es una ventaja en condiciones de poca agua, ya que renovar todo el follaje con recursos hídricos tan limitados condenaría a la muerte a estos árboles. La intensa radiación solar que soportan estos árboles en verano también los ha hecho adaptarse para que sus hojas se dispongan de una forma desordenada y perpendicular al suelo, no de forma horizontal como es lo que habitualmente vemos en los árboles de un parque. De esta forma, minimizan la incidencia directa de la luz solar sobre sus hojas y esquivan su radiación, así evitan deshidratarse.
  • HOJAS. En las hojas está la clave de “la superresistencia” de esta especie vegetal. Pura ingeniería de fisiología vegetal. Las hojas de las encinas son muy pequeñas, se ha reducido para tener un máximo de eficiencia con el mejor tamaño posible. De la encina se dice que es una especie vegetal esclerófila y este nombre proviene de que sus hojas están recubiertas por compuestos céreos lo que provoca el endurecimiento de su cutícula. Además, este tejido foliar está enriquecido con lignina, lo que también aumenta este endurecimiento del tejido esclerinquimatico. Sus estomas se sitúan en el envés de las hojas, protegidos por una masa de pelillos blanquecinos. Y todo esto ¿Para qué? Para evitar la evapotranspiración, o lo que es lo mismo, minimizar al máximo la pérdida de agua, así de esta manera queda más agua dentro del árbol para cuando tenga necesidad.
  • FOTOSÍNTESIS. Las Encinas, también han adaptado su “alimentación” a través del proceso fotosintético para cuando las condiciones de calor son extremas. Realizan la fotosíntesis en las primeras horas del día o ya cuando cae el ocaso, durante el resto del día, a 40 grados de temperatura o más, cierran sus estomas y reducen este proceso al mínimo.
El Alcornoque, el segundo protagonista de este artículo, ha desarrollado estrategias diferentes que la Encina para soportar los calores extremos estivales, aunque con el mismo fin: evitar deshidratarse.

Alcornoque

Alcornoque descorchado


Estas son las increíbles adaptaciones desarrolladas del Alcornoque para soportar los tórridos calores estivales y sobrevivir tras un incendio forestal:
  • ESTRUCTURA. Los Alcornoques llegan a medir hasta 25 metros de altura y su copa no resulta tan generosa como la de la Encina, aunque su función frente al calor. Es un árbol con hoja perenne, y estas hojas poseen tricomas (pelillos) que aumentan el aislamiento y son capaces de retener las pequeñas gotas de rocío aunque haya muy poca humedad.
  • EL CORCHO. La corteza suberosa del Alcornoque es una estructura que aisla, recubre y protege a esta especie vegetal frente a las condiciones extremas. Tiene la misión natural de protegerlo frente a los numerosos incendios que cada año, y cada vez con más frecuencia, se dan en el periodo estival en la Península Ibérica. Si en las Encinas la clave está en su hojas superespecializadas, en los Alcornoques la clave está en “la piel” que lo recubre…Se produce a partir del felógeno desde el interior del árbol hacia el exterior donde se transforma en suber o felema, una estructura compuesta de células muertas llenas de un gas similar al aire y es el 90% de volumen de las mismas. El Corcho es una especie de esponja con compartimentos estancos rodeados de una pared celular de suberina y cerina que lo hacen ignífugo, flexible, blando. ¿Y qué ocurre cuando el fuego abrasa un Alcornoque? Pues que la parte interna de la corcha se cierra por efecto del calor y evita la entrada de oxígeno y la combustión, protegiendo las partes internas del árbol y rebrotando en la siguiente estación. Gracias a estos poderosos escudos naturales, la supervivencia de un alcornocal está por encima del 70% tras el paso de un incendio, dependiendo eso sí, del espesor de su corteza y de cuando se haya producido su descorche o “saca”.

Alcornoques abrasados. A día de hoy siguen vivos.

Distintas estrategias para sobrevivir en los extremos climáticos del bosque mediterráneo, que según las últimas investigaciones del Departamento de Ecología de la Universidad de Córdoba, irán a más en los próximos 100 años provocando la desaparición de muchos de estos “reyes y reinas” y reduciendo el bosque mediterráneo a matorral y arbustos, todo ello por el efecto del Cambio Climático y el aumento de las temperaturas.

¿El futuro del Bosque Mediterráneo...?

©Emilio J. Orovengua

jueves, 15 de enero de 2015

UN MEGAPROYECTO CHINO AMENAZA LA BIODIVERSIDAD DE AMERICA CENTRAL

Un mega proyecto apoyado por China para un nuevo canal a través de América Central amenaza la fauna silvestre, humedales y una Reserva de la Biosfera, advierten expertos.

En una reciente edición de la revista Nature, dos prominentes científicos advierten que el proyecto amenaza con ser un “desastre ambiental” para Nicaragua. Están en riesgo “algunas de las más frágiles, prístinas y científicamente importantes” regiones de América Central, advierten.

Los efectos de la construcción de carreteras principales de costa a costa, un sistema ferroviario y de oleoductos, las zonas francas industriales y dos aeropuertos internacionales, serán la transformación de los humedales en zonas secas, perdida de bosques y selvas, destrucción de hábitats, incluidos los de las zonas costeras, aéreas, terrestres y de agua dulce.

El gobierno nicaragüense concedió derechos de 50 años para construir y supervisar canal por $ 40 mil millones para una empresa con sede en Hong Kong, sin pasar por los exámenes medioambientales en el proceso. Los 186 kilómetros de largo del canal (300 kilómetros de longitud) se conectarían desde el océano Pacífico hasta el mar Caribe, creando un rival para el Canal de Panamá.

La excavación de cientos de kilómetros de costa a costa, atravesando el Lago de Nicaragua, la mayor reserva de agua potable en la región, va a destruir cerca de 400.000 hectáreas de bosques tropicales y humedales.



Las amenazas para el Lago de Nicaragua, el mayor lago de agua dulce en la región son bastante graves. El lago es demasiado superficial para el proyecto de las naves previstas para este megacanal. El dragado será obligatorio y, con toda probabilidad, las represas en los ríos, serán necesarios drenajes desde el lago hasta el mar Caribe.

El desarrollo que acompaña podría poner en peligro los ecosistemas circundantes. Unos 240 kilómetros al norte de la ruta más probable del canal se encuentra la Reserva de la Biosfera Bosawas, 2 millones de hectáreas de bosque tropical que es el último refugio de muchas especies en peligro de extinción.

Menos de 115 kilómetros al sur se encuentra la Reserva Biológica Indio Maíz, con más de 318.000 hectáreas de bosque tropical seco. Peor aún, la ruta del canal probablemente atraviese el sector norte de la Reserva Natural Cerro Silva.

Sobre la base de esta ruta, los científicos y los ecologistas han estimado la cantidad de hectáreas que serán incorporadas a la zona del canal y sus subproyectos. Estas hectáreas se extienden a través de bosques, reservas, humedales y terrenos designados como autónomos y que pertenecen a las poblaciones indígenas tradicionales de la costa caribeña de Nicaragua.


Las rutas migratorias de animales a través de este corredor se truncan. Los bosques serían cortados para dar paso a la línea del tren, el canal, el oleoducto. Lo más probable es que los canales de los Humedales sean drenados o rellenos para dar paso a los aeropuertos internacionales y las zonas industriales planificadas.

De acuerdo con algunos asesores del gobierno, el canal tiene el potencial de aumentar el crecimiento anual de Nicaragua desde el 4,5 por ciento hasta un 15 por ciento en 2016, y luego de vuelta a un 8 por ciento por año.

Estas son sin duda cifras embriagadores para una nación en desarrollo. Y de acuerdo con el contrato de concesión, en 50 años, Nicaragua será dueño del 51 por ciento de las acciones de la empresa.

Pero, ¿cuál será el costo ambiental?


sábado, 11 de octubre de 2014

LA VARIEDAD DE ESPECIES MEJORA LA REGENERACIÓN DE LOS BOSQUES MEDITERRÁNEOS

Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) han comprobado cómo en los bosques mediterráneos se produce un reemplazo de especies arbóreas que, además de no suponer un detrimento de las poblaciones,  favorece la coexistencia de distintas especies a largo plazo.
Los científicos han analizado cuatro árboles mediterráneos – la encina, Quercus ilex, el quejigo, Quercus faginea, el pino laricio, Pinus nigra y la sabina albar, Juniperus thurifera–, haciendo el seguimiento durante dos años de las 3.800 semillas de cada especie que plantaron en los bosques mediterráneos del Parque Natural del Alto Tajo, Guadalajara.

El objetivo era determinar qué factores influyen en que las semillas se conviertan en individuos adultos. “Los resultados revelan patrones y mecanismos involucrados en las limitaciones de la regeneración, que añaden complejidad a la ya conocida mortalidad por sequía en ecosistemas mediterráneos”, explica Elena Granda, investigadora del MNCN.
Tras relacionar los procesos que influyen en la viabilidad de las semillas (la depredación, las infecciones o las sequías) con la composición de especies dominantes de cada masa forestal, han detectado que el bosque tiene mecanismos para garantizar la estabilidad de los ecosistemas y la coexistencia de las especies arbóreas.
El bosque tiene mecanismos para garantizar la estabilidad de los ecosistemas y la coexistencia de las especies arbóreas
“Uno de estos mecanismos es la facilitación, que hace que los individuos adultos mitiguen el estrés hídrico producido por las sequías a través, por ejemplo, de la reducción en los niveles de radiación o de una mayor disponibilidad de agua bajo las copas; otro es la mortalidad denso-dependiente según la cual la probabilidad de que una semilla se convierta en un individuo adulto disminuye en zonas donde abunda su especie”, continúa Granda.
Las semillas y las plántulas están más expuestas a posibles depredadores allí donde la presencia de su especie es mayor porque sus enemigos naturales, hongos y depredadores, también son más abundantes en estas zonas.
Ninguna de las especies a las que se les ha hecho el seguimiento se ha regenerado mejor donde su misma especie era la dominante. “Parece que la coexistencia de especies arbóreas está favorecida por factores que van más allá de aquellos únicamente climáticos”, concluye la investigadora.
Referencia bibliográfica: 
Granda, E., Escudero, A. y Valladares, F. (2014) More than just drought: complexity of recruitment patterns in Mediterranean forests. Oecologia DOI: 10.1007/s00442-014-3064
FUENTE: SINC