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viernes, 1 de noviembre de 2019

BABA DE CARACOL.

A pesar de las propiedades casi mágicas que la industria cosmética ha intentado dar a esta sustancia singular como agente rejuvenecedor o antiedad y que algunas especies de gasterópodos quedan como estela untuosa de su paso, al igual que hace un avión en el cielo, lo cierto es que no es otra cosa que una mucosidad  producida por unas glándulas bajo la cabeza que lubrica el paso del animal por el suelo, hasta el punto de nadar casi en el fluido. Ayudan a estos animalillos a desplazase por el suelo, reduciendo la fricción y el roce sobre el mismo cada vez que contrae y elonga su pie, un órgano plano y carnoso y que en ocasiones es llamado "cabeza-pie", pues no hay una división clara entre la cabeza  y el resto del órgano.


Siendo la locomoción la principal función de la baba de estos moluscos terrestres, tiene otras muchas más no menos importantes. Sirve de regulador térmico, para deshacerse de sustancias tóxicas de su organismo, mantiene lejos a insectos que potencialmente podrían atacarlos y reduce en riesgo de heridas y de sus infecciones por bacterias u hongos. También les ayuda a subir por pendientes verticales, como puede ser una pared, ya que su pegajosidad se lo permite.

Otra singularidad de estos pequeños seres reptantes es que, la gran mayoría de las especies de jardín, la igual que las babosas, son hermafroditas, esto es, cada individuo posee órganos reproductores masculino y femenino.

A pesar de la repulsión y asquerosidad que estos invertebrados babosos generan en muchas personas, no dejan de ser curiosas criaturas con unos hábitos y costumbres peculiares. Como la mayoría de los invertebrados terrestres, babosas y caracoles suelen salir a comer de al amparo y protección de la noche, cuando el aire está más húmedo y corren menos riesgo de deshidratarse. También son fácilmente observables después de un día de lluvia intensa, nunca mientras esté cayendo el agua de lluvia, sino posteriormente cuando llega la calma.

¿Sabías que caracoles y babosas muerden? Cuando comemos una manzana entera dejamos marcas de nuestros dientes. Estos moluscos, a escala de su dentición hacen lo mismo que los humanos. Desde luego los dientes son más pequeños que los nuestros y se dispone en su boca como una tira córnea llamada rádula. Cuando se arrastran sobre el alimento, proyectan la rádula y las hileras de dientecitos afilados dejan pequeños arañazos en el alimento del que se nutren.


Su comida favorita son los recortes y trozos de hierba en descomposición, que prefieren con mucho a los vegetales que cultivan los hombres. Por este motivo, podemos ver “hordas” de babosas o caracoles en un campo recién segado donde previamente haya llovido.

©Emilio J. Orovengua.

jueves, 2 de junio de 2011

BABOSAS

Las babosas terrestres son moluscos gasterópodos del orden Pulmonata sin concha o con pequeñas conchas internas, en contraste con los caracoles, que tienen una prominente concha. Algunas especies de gran tamaño reciben el nombre de limacos. El término babosa no tiene ningún significado taxonómico ya que en él se incluyen gasterópodos de diversos grupos. Las babosas terrestres se reparten en numerosas familias, algunas de las cuales contiene tanto especies con concha (caracoles) como sin concha (babosas).
La babosa es un animal nocturno. Su actividad varía de acuerdo a la época del año, según la temperatura y la humedad.
El ciclo de vida de las babosas, la velocidad de su reproducción y su crecimiento son condicionados por las condiciones climáticas, la luz y la comida disponibles, factores que determinan también la densidad de la población. Los inviernos suaves favorecen la supervivencia de los huevos y de las babosas jóvenes y su desarrollo. En cambio un invierno muy seco y muy frío puede limitar su reproducción.
La alimentación de las babosas es muy variada. Se alimentan frecuentemente y en lo posible con tejidos vegetales pero pueden también consumir residuos animales. La gran babosa o la pequeña babosa gris prefieren las plantas a la superficie del suelo. A menudo son atraídas por plantas en descomposición. En período de sequía, las pequeñas babosas viven dentro del suelo y mordisquean las partes subterráneas de las plantas.
Una babosa puede comer hasta la mitad de su peso en una noche. La babosa gris absorbe entre 30 y 50 mg al día, pero la gran babosa puede tragar entre 5 y 10 g al día. Algunas babosas se alimentan de una vez, pero otras se abastecen en sucesivas ocasiones durante la misma noche.
Es considerada un enemigo del jardín ó huerta, por lo que es combatida con venenos a base de metaldehido. También la cerveza, depositada en recipientes en el suelo cumple la función de veneno para estos moluscos.




FUENTE TEXTO: Wikipedia.org
FOTOGRAFÍAS: Emilio J. Orovengua.